sábado, 10 de septiembre de 2011

No estaba muerto, estaba de parranda...

Estimados amigos lectores, les reitero mis disculpas por haber descuidado el blog, ha sido un tiempo que me he tomado para asentarme nuevamente aquí en Ecuador pero ya con otra visión y proyecto de vida. El recibimiento ha sido mejor de lo esperado: reuniones familiares, con amigos y hasta con ex compañeros de la escuela, en verdad una gran bienvenida.
Por otro lado, encuentro al país en las mismas condiciones (o peores en sentido político) de cuando salí, pero la calidez de la gente no ha cambiado, los sabores, desde mi punto de vista, se han intensificado ya que he ampliado mi paladar mental gracias a la experiencia culinaria que tuve. Ahora trato de buscar la esencia de nuestra comida, de nuestra alimentación y a través de esto tratar de encontrar una manera de redefinir la manera en la que nos alimentamos y ampliar las opciones con todos los productos que a pesar de ser únicos y diferentes, no han sido utilizados de la mejor manera.
Yo creo que para que nuestra amada cocina ecuatoriana perdure en el tiempo y en el espacio, los sabores de los ingredientes autóctonos deben ser respetados y preparados de una manera apegada a las tradiciones ancestrales y a la naturaleza de su esencia, de esta manera el impacto creado será mayor y dejará huellas por doquiera que se la exhiba.
Poco a poco seguiré promoviendo nuestra cocina a mi manera, espero que muchas más personas y sobre todo cocineros puedan unirse a mi causa, aquí lo único que cuenta es la unidad.

Pronto con buenas nuevas, dejo unas fotos de unos de mis manjares favoritos.